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Conoce nuestra historia a lo largo de estas décadas
Nuestra Historia
​Tejiendo tradición desde el corazón de Yucatán
Hace más de 40 años, Doña Laura y Don Agustín decidieron embarcarse en el arte de las hamacas, una tradición que comenzó como un legado familiar. Fue Doña Laura quien, con paciencia y amor, enseñó a su esposo lo que había aprendido de su hermana. Juntos, comenzaron a tejer no solo hilos, sino sueños.
En aquellos primeros años, vendían sus hamacas viajando por distintos pueblos de Yucatán e incluso en Cozumel, Quintana Roo, llevando consigo lotes que preparaban con dedicación desde casa. Cada viaje era una oportunidad para compartir su trabajo y mantener viva una tradición que los llenaba de orgullo.
Con el tiempo, decidieron abrir su propio taller artesanal desde su hogar. Hoy, ese taller cumple 25 años y sigue siendo el corazón de su historia. Sus tres hijas, quienes comenzaron a aprender el oficio a los 14 años, ahora forman parte fundamental de la producción, haciendo de este espacio un verdadero taller familiar.
La calidad de sus hamacas, el trato cálido y la autenticidad de su proceso han conquistado a visitantes de todo el mundo. Turistas que llegan a Izamal se detienen no solo por su belleza amarilla, sino por descubrir este rincón lleno de historia y dedicación. Así, de boca en boca, el taller ha aparecido en medios de comunicación, entrevistas y redes sociales, trascendiendo fronteras y ganándose el cariño de personas de distintas culturas.
Artistas, creadores de contenido y viajeros han sido parte de esta historia, ayudando a que más personas conozcan este lugar donde la tradición no se vende: se comparte.
Hoy, en 2025, Doña Laura y su familia continúan su labor con el mismo compromiso de siempre. Cada hamaca es más que un producto, es una pieza tejida con amor, paciencia y una herencia que honra la cultura maya y la esencia de Yucatán.